Nos mueve un deseo primario por hacer las cosas diferentes, innovadoras, mejores. Queremos destacar y ser memorables a través de nuestra creatividad.
Este sentimiento es regido por un pensamiento estratégico que delimita, ordena y prioriza nuestras acciones en pro de objetivos de negocio, con bases sólidas en información relevante de la categoría, la compañía y el consumidor.